¡Hola papás y mamás de nuestro Dulce Blog!
En esta ocasión queremos hablaros, como os podéis imaginar por el título del post, de cuentos. Somos unas enamoradas del cuento o el álbum ilustrado y cuando podemos o tenemos tiempo disfrutamos yendo a la sección infantil y juvenil de las librerías.
Hoy queremos compartir con vosotros algunos de los cuentos que hemos ido descubriendo, y que para nosotras son especiales. Ya sea por sus ilustraciones, la temática que tratan, su manera de contar una historia o por todo a la vez, pero que todos ellos nos pueden llevar a desear un mundo mejor, soñar que todo es posible y sobre todo volver a mirar con ojos de niños…
Los cuentos no son sólo cosa de niños, sino que nos ayudan a mirar a los niños de otra manera, a poder entenderlos y a poder disfrutar como ellos mientras los leemos. Nos ayudan a ver la vida con otros ojos, desde otra perspectiva, y con la sencillez que los niños tienen y que nosotros hemos ido perdiendo, según hemos ido creciendo.
Bueno, ahora sí ¡comenzamos!
¿Qué tiene de especial este cuento? Lo primero que llama la atención fue su título, “Orejas de mariposa”, y esas ilustraciones tan singulares. Lo segundo que trata sobre la aceptación de uno mismo.Su protagonista es Mara, una niña distinta a los demás y con una autoestima a prueba de bomba, que sabe afrontar con imaginación y optimismo las burlas de los otros niños por sus características físicas, su forma de vestir o su pobreza.
Cuando los niños de su barrio se ríen de ella porque tiene las orejas grandes, Mara pregunta a su madre si es verdad, y su madre le da una respuesta para que pueda ofrecer a los niños que se burlan de ella: “No, hija, tienes orejas de mariposa”.
Esa es la contestación que Mara da a los niños ante cualquier crítica que recibe de ellos, ya sea por su físico, porque no tiene dinero, por cualquier cosa. Los niños son tan naturales y espontáneos que la realidad que ven la dicen sin más, sin darse cuenta que pueden herir los sentimientos de la otra persona…
Durante el cuento Mara utiliza la respuesta que su madre le dio para responder a los niños, pero lo precioso de la historia llega al final cuando ella, a pesar de todo lo que los niños le van diciendo, termina aceptando que sí tiene las orejas grandes pero sin importarle nada.
¡¡Qué hermoso es descubrir que todos somos diferentes y que cada uno con nuestras peculiaridades las podamos aceptar porque eso nos hace únicos e irrepetibles!!
Esperamos que os guste tanto como a nosotras